Toda una vida.
Avenida Gaudi, Barcelona, siete de la tarde, delante mía y caminando hacía mi una pareja de ancianos, de unos 80 años, ella, una mujer con carácter que agarra fuertemente el brazo del octogenario, lo aferra como la que no quiere que se escape, como lo haría la madre que apresa al niño después de alguna travesura, linda y pintados los labios, pelo de algodón y dos pendientes que tiran dando de sí al lóbulo, recorriendo su enjuto brazo está él, que con una gorrilla naranja, de esas que tienen remache arriba, va virando sus lacrimosos y enrojecidos ojos hacia arriba, da una ojeada acaso al sol que empieza ya a flojear o quizás al molinillo de colores que gira en un balcón bajo. Así, deja ver un rostro recién afeitado, huele a colonia de barbería.
Los pasos se deslizan por la acera, y no es que sean lentos, son continuos, perseverantes como su fe en la vida
No hablan y cuando paso junto a ellos oigo musitar algo a la mujer que acercándose al oído de su compañero le dice, así como temblón:
-¿Y cuanto tiempo me dice usted que lleva por aquí?.
Avenida Gaudi, Barcelona, siete de la tarde, delante mía y caminando hacía mi una pareja de ancianos, de unos 80 años, ella, una mujer con carácter que agarra fuertemente el brazo del octogenario, lo aferra como la que no quiere que se escape, como lo haría la madre que apresa al niño después de alguna travesura, linda y pintados los labios, pelo de algodón y dos pendientes que tiran dando de sí al lóbulo, recorriendo su enjuto brazo está él, que con una gorrilla naranja, de esas que tienen remache arriba, va virando sus lacrimosos y enrojecidos ojos hacia arriba, da una ojeada acaso al sol que empieza ya a flojear o quizás al molinillo de colores que gira en un balcón bajo. Así, deja ver un rostro recién afeitado, huele a colonia de barbería.
Los pasos se deslizan por la acera, y no es que sean lentos, son continuos, perseverantes como su fe en la vida
No hablan y cuando paso junto a ellos oigo musitar algo a la mujer que acercándose al oído de su compañero le dice, así como temblón:
-¿Y cuanto tiempo me dice usted que lleva por aquí?.
Toda Una Vida Me Estaría ContigoNo Me Importa En Que FormaNi Como, Ni Donde, Pero Junto A Ti.Toda Una Vida Te Estaría MimandoTe Estaría Cuidando Como Cuido Mi VidaQue La Vivo Por Ti.No Me Cansaría De Decirte Siempre,Pero Siempre, Siempre,Que Eres En Mi VidaAnsiedad, Angustia Y Desesperación.Toda Una Vida Me Estaría Contigo,No Me Importa En Que Forma,Ni Como, Ni Donde, Pero Junto A Ti.No Me Cansaría De Decirte Siempre,Pero Siempre, Siempre,Que Eres En Mi VidaAnsiedad, Angustia Y Desesperación.Toda Una Vida Me Estaría Contigo,No Me Importa En Que Forma,Ni Como, Ni Donde, Pero Junto A Ti.No Me Importa En Que FormaNi Como, Ni Donde, Pero Junto A Ti,No Me Importa En Que Forma,Ni Como, No Donde, Pero Junto A Ti.
(Antonio Machín).
2 comments:
me encanta
Increíble. Triste pero bellísimo.
Gracias por compartir regalitos así. Nos vemos prontito ante el gran azul...
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